Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.
Si no somos capaces de pensar en una vida mejor, no tendremos una vida mejor. Y si no somos capaces de hacer unas cuantas cosas para alcanzar una vida mejor, unas cuantas cosas que irrespeten nuestra rutina, no tendremos una vida mejor.
Rezongar, blasfemar, hacer muecas o patear contra el suelo, no es hacer algo por una vida mejor. Murmurar no basta. (Villalba, 1988, p. 8).
Si no somos capaces de pensar en una vida mejor, no tendremos una vida mejor. Y si no somos capaces de hacer unas cuantas cosas para alcanzar una vida mejor, unas cuantas cosas que irrespeten nuestra rutina, no tendremos una vida mejor.
Rezongar, blasfemar, hacer muecas o patear contra el suelo, no es hacer algo por una vida mejor. Murmurar no basta. (Villalba, 1988, p. 8).
«... tomo aquí como prototipo. M. Le Maudit, esa maravillosa película de Fritz, Lang: su personaje, no pudiendo tener relaciones sexuales con las mujeres, estrangula a las jovencitas. Sin embargo, él padece un auténtico sufrimiento, que es, por otra parte, el eco de que los primeros en sufrir por su síntoma son los otros, sus víctimas efectivas y potenciales y sus parientes. Su sufrimiento es auténtico y, sin embargo, es impotente para obturar la satisfacción diabólica del síntoma. Este ejemplo revela bien que un síntoma que satisface como suplencia, cualesquiera que sean los dolores que el sujeto deba pagar por él, no se presta al análisis. Dicho de otra manera, uno no analiza a Jack el Destripador aunque esté muy triste, incluso arrepentido de las consecuencias de sus actos. Advertencia a los psicoanalistas que se pasean pro las prisiones: es necesario que sepan que hay actos sin apelación. Es así, en todo caso, que me explico que Jacques Lacan haya podido, sin más información, desaconsejar radicalmente recibir a un sujeto que había matado a su padre». (Colette Soler, 1988).
«... tomo aquí como prototipo. M. Le Maudit, esa maravillosa película de Fritz, Lang: su personaje, no pudiendo tener relaciones sexuales con las mujeres, estrangula a las jovencitas. Sin embargo, él padece un auténtico sufrimiento, que es, por otra parte, el eco de que los primeros en sufrir por su síntoma son los otros, sus víctimas efectivas y potenciales y sus parientes. Su sufrimiento es auténtico y, sin embargo, es impotente para obturar la satisfacción diabólica del síntoma. Este ejemplo revela bien que un síntoma que satisface como suplencia, cualesquiera que sean los dolores que el sujeto deba pagar por él, no se presta al análisis. Dicho de otra manera, uno no analiza a Jack el Destripador aunque esté muy triste, incluso arrepentido de las consecuencias de sus actos. Advertencia a los psicoanalistas que se pasean pro las prisiones: es necesario que sepan que hay actos sin apelación. Es así, en todo caso, que me explico que Jacques Lacan haya podido, sin más información, desaconsejar radicalmente recibir a un sujeto que había matado a su padre». (Colette Soler, 1988).