Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.
Papeles del Psicólogo, 1981. Vol. (1).
La Junta de Gobierno
Parece como si este país viviera un terrible sueño en que cada pesadilla diera pie a otra más macabra y así ininterrumpidamente. Unos intentaron el 23 de febrero hacer saltar por los aires a punta de metralleta esta democracia que tanto nos cuesta mantener. Otros envenenaron con aceite de colza desnaturalizado. El Gobierno, por su parte, empuja, queramos o no, por esa vía española hacia el holocausto nuclear en que puede convertirse nuestro ingreso en la OTAN.
La lista parece no tener límites: terroristas actuando a favor de la involución política: burócratas sesteando en la ineficacia esperando que llegue una reestructuración de la administración que la ponga al servicio de todos los ciudadanos y no al del partido de gobierno; sanidad cada día más privatizada, más lejos de un sistema único de seguridad social en el que se incluyan todas las especialidades (véase la Ley de Minusválidos)...
Como culminación, cientos de familias desesperadas a consecuencia del paro: un sector del empresariado, cicatero e insolidario, no es capaz de arriesgas en situaciones de crisis.
Los culpables de esos desmanes, a pesar de que los hayamos visto con las manos en la masa, son tratados con guante de seda por los poderes establecidos; en cambio otros, de trayectoria política y profesional intachable, como nuestro compañero Víctor García Hoz, son tratados con el máximo rigor; incluyo se les aplica leyes de dudosa legitimidad democrática, como la antiterrorista, en la que el detenido, en definitiva, tiene que probar su inocencia en vez de ser los poderes quienes tienen que demostrar su culpabilidad. (La imagen pública y privada de hombres como García Hoz, gravemente dañada por la publicidad de las sospechas sobre su conducta, no parece ser importante; pero la de los fautores evidentes de los otros delitos s objeto de delicadezas versallescas).
El ocultismo y el enchufismo siguen siendo la regla de juego para acceder al ejercicio profesional. Cuanto más escasos son los puestos de trabajo, en lo que nuestra profesión destaca, mayor es la falta de objetividad en la selección; el Instituto de Educación Especial contrata psicólogos para los equipos multiprofesionales sin publicidad alguna; los ayuntamientos actúan en muchos casos igual; el INEM idénticamente... (El Colegio, en este último caso, decidió insertar anuncios en la prensa, harto de tanta arbitrariedad).
Los psicólogos, como profesionales y ciudadanos, no estamos al margen de toda esta conflictividad. Nos afecta directamente, Incluso diríamos que, puesto que comprendemos mejor los mecanismos de los comportamientos estamos en mejores condiciones de modificarlos: debemos contribuir a hacerlo como aportación de la profesión a dificultar el suicidio colectivo al que algunas momias del pasado parecen querer abocarnos.
Contra el fraude de los alimentos, contra el terrorismo, contra el golpismo, contra un ingreso en la OTAN sin consulta popular, contra el ejercicio autoritario del poder, contra el paro..., estamos actuando porque somos profesionales, porque somos psicólogos.