Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.
Papeles del Psicólogo, 1982. Vol. (2).
Carlos Camarero Sánchez
Réplicas al Doctor Darío Acuña
En la revista de su digna dirección del pasado 25 de noviembre, se publica un artículo sobre "El intrusismo en la medicina" en el que su autor, el Sr. Acuña Lagos, psiquiatra, vierte graves acusaciones contra los psicólogos a partir de un burdo análisis de la situación ocupacional y del espacio profesional que, en su opinión, deberíamos ocupar.
El psiquiatra compostelano Acuña Lagos, tras una crítica a los Colegios Médicos por su tibieza en la denuncia de los curanderos, pasa al tema central de su artículo: es inaudito, dice, "el anuncio de profesionales no médicos para el tratamiento de alteraciones o enfermedades"; ... "se asiste a una invasión de psicólogos, que se anuncian ofreciendo su consultorio para tratamientos de psicoterapia, alteraciones o disfunciones sexuales, trastornos de conducta, etc.". La conclusión de este psiquiatra es neta: el psicólogo no puede realizar tratamientos porque "no pertenece a un Colegio Médico, no paga la cuota obligatoria para el ejercicio de la profesión médica y, por tanto, no puede realizar un acto que es puramente médico". Para recordar la altura de sus razonamientos le reproduzco éste: "si un psicólogo trata a un paciente y éste, por la causa que fuera, fallece ¿quién está capacitado para hacer un certificado de defunción?".
Curanderos, psicólogos, tratamientos, cirugía y hasta fallecimientos; todo en el mismo saco de la manipulación que permite predisponer a la clase médica, y a los usuarios, contra los psicólogos.
Aunque somos conscientes de que afirmaciones como la de este psiquiatra compostelano no son compartidas por la clase médica, queremos salir al paso de sus absurdas afirmaciones porque nos recuerdan algunos fantasmas de cierto psicoanálisis que pueden influir en algunos sectores médicos que se mueven en su ámbito.
La solución de los problemas de la salud es algo tan complejo como sugieren algunas cifras: por ejemplo, las de los altos porcentajes de personas -hay quienes hablan de un 60%- que no experimentan mejoras tras acudir a consultas médicas. En esa insatisfactoria zona de los que no experimentan mejoras surgen nuevos enfoques sobre la salud, nuevos conocimientos y nuevas profesiones que hoy aseguran otros abordajes complementarios.
La multiprofesionalidad en el combate contra la "enfermedad" y el abordaje metodológico nuevo que tenga en cuenta también, sobre todo en la prevención, las variables psicológicas y sociales además de las estrictamente biológicas, son cosas que deberían formar parte ya del "sentido común" de quienes hemos elegido como profesión la salud de los ciudadanos.
Frente a esta realidad parecen renacer, a veces, demandas del antiguo monopolio médico en el tratamiento de la salud. Suele surgir en sectores anticuados de la clase médica, sectores que cortaron hace tiempo su cordón umbilical con las nuevas adquisiciones que se van logrando en la lucha de la humanidad por defender su salud.
Hoy por hoy el psicólogo es el profesional capacitado -y titulado- para abordar los problemas de conducta. La Psicología, ciencia del comportamiento, le permite, e incluso le obliga moralmente, a intervenir y solucionar problemas derivados de la mala adquisición de habilidades, conductas mal aprendidas y, por supuesto, fobias, problemas derivados de la sexualidad, etc., que, aunque no se lo crea el Sr. Acuña, son problemas de conducta.
No es una casualidad que en todos los órdenes de la vida comunitaria se esté formando una demanda de intervención del psicólogo en diversos campos de la salud que en el individuo viene también causada por situaciones ambientales.
Hemos insistido en todas estas razones de tipo científico porque no queremos creer que tras el gremialismo pasado de moda del Sr. Acuña, se oculte un intento consciente de mantener un control social sobre la población en nombre de la salud.
En fin, Sr. Acuña: el psicólogo no es curandero, no utiliza fármacos, ni bisturí, pero puede aportar respuestas generales y específicas al mejoramiento de la salud mental de la población.
Como bien saben tantos médicos, entre ellos esos médicos jóvenes a los que usted increpa por no defender el monopolio médico al viejo estilo, tal y como usted lo concibe, la salud es un estado de bienestar físico, psicológico y social que excede incluso a los profesionales y es asunto de toda la población llamada a intervenir en la formulación de los objetivos de salud para que los equipos multiprofesionales aporten soluciones.
No se asuste, amigo: lo que usted llama intrusismo en la medicina por parte de muchas profesiones (psicólogos, sociólogos, químicos, enfermeros, etc.) no ha hecho más que comenzar. No pida que sea "castigado por la ley" porque entonces le adjudicaría a la ley un papel que por desgracia ya jugó contra médicos que pretendían mejorar la profesión, dar soluciones más avanzadas a problemas de salud: acuérdese de aquel intruso que se llamó Miguel Servet. No salve usted de la quema a los curanderos "que al menos no se anuncian y actúan en la clandestinidad" -como usted dice- porque se pondría usted del lado de los que, en la profesión, encendieron la mecha de la hoguera de aquel célebre médico y compatriota.