Papeles del Psicólogo, 1988. Vol. (35).

JOSE MARIA PEIRO

El estudio del Proyecto para la Reforma de la Enseñanza, en los aspectos referidos a las enseñanzas medias ya su conexión con los problemas de transición de la escuela al trabajo, requiere contemplar una serie de puntos: el marco referencial laboral utilizado en el proyecto, los puntos terminales de la enseñanza contemplados, las estrategias educativas propuestas en vistas a facilitar la inserción laboral y las propuestas realizadas acerca delos responsables de la orientación. Veamos cada uno de ellos.

Una de las funciones de la educación en las sociedades contemporáneas es la de preparar y socializar para la incorporación a la vida activa y en su marco para la actividad laboral. Por esta razón es comprensible que en el Proyecto de Reforma se tenga muy presente este aspecto y se haga con frecuencia referencia al mismo. Así, se habla de que la educación debe preparar para la vida activa (13.1), ha de mantener la conexión con el entorno sociocultural y profesional (1.7), ha de tener en cuenta el mundo profesional y laboral (12.3; 12.2; 13.4), la realidad sociolaboral del país (13.8) y la realidad profesional y económica del mundo productivo (1.8).

Además se constata que esa realidad laboral está experimentando considerables cambios. Efectivamente, la actividad productiva y la vida laboral están sujetas a las nuevas tecnologías (7) y los rápidos cambios tecnológicos han conducido a la aparición de nuevas profesiones y a la modificación de las ya existentes (13.2). Están surgiendo nuevos perfiles profesionales (p.5) vinculados a las nuevas tecnologías y a las demandas sociales (13.1).

La aparición de nuevas profesiones, sobre todo en el sector servicios, con frecuencia presenta perfiles poco definidos y ello exige del sistema educativo la formación en una cultura amplia y capacidades personales singularizadas (12.2). Se constata además que en el actual sistema la Formación Profesional-1 no responde adecuadamente a las necesidades del mundo sociolaboral (13.3), aunque la Formación Profesional-2 ha logrado mejores resultados.

Finalmente se ve la necesidad de que empresas y sindicatos participen en la responsabilidad y en la estructuración de la Educación Técnico Profesional (13.18; 13.19).

Se constata, pues, en el Proyecto de Reforma de la Enseñanza una explícita y clara referencia al mundo laboral, a las transformaciones que la incorporación de las nuevas tecnologías y las demandas sociales producen en las profesiones y ocupaciones y su consiguiente diversificación y cambio. Estos fenómenos han de ser tenidos en cuenta al diseñar el sistema educativo y en su desarrollo han de participar activamente los agentes del mundo laboral.

El Proyecto de Reforma contempla diversas enseñanzas cuya cumplimentación posibilita el acceso normal al mundo laboral. Básicamente, los puntos terminales son los siguientes:

Se señala en el Proyecto que éste es el primer punto posible de incorporación al mundo laboral, aunque no se tematiza claramente a nivel de objetivos, currícula, etc., este aspecto (por ejemplo, no se resuelve claramente el equilibrio entre formación generalista y formación específica preparatoria y facilitadora de la inserción). El énfasis en el carácter comprensivo es totalmente adecuado, pero el proyecto no ofrece soluciones satisfactorias para facilitar la preparación específica a aquéllos que vayan a incorporarse al mundo laboral inmediatamente después de superar este nivel, aun cuando se reconoce oficialmente esta posibilidad.

Se contempla como un ciclo de estudio cuyo objetivo básico es definir los propios intereses en relación con estudios superiores y profesionales (12.5), aunque se reconoce también su posible carácter de estudio terminal (12.2; 12.4; 12.15). De acuerdo con ello, se insiste en la necesidad de una mayor vinculación con las salidas profesionales que tengan demanda en el mercado laboral y en una mayor cercanía al mundo profesional y laboral.

Estos estudios presentan un objetivo terminal claro (13.9): facilitar la incorporación laboral inmediata al proporcionar a los estudiantes conocimientos y habilidades específicos para desempeñar profesiones concretas.

De acuerdo con este objetivo, el Proyecto contempla una variedad de ramas que permiten la especialización (13.7) y las prácticas profesionales (13.6) y se adoptan los principios generales de la CEE a este respecto (13.10).

Además, se establece la responsabilidad compartida de las empresas en la Educación Técnico Profesional (13.18) y se propone el sistema de prácticas en alternancia (13.19).

Un problema que se encuentra en la propuesta es la diferencia de dos niveles distintos en estos estudios en función de los requisitos de acceso a ellos (13.13). Existe suficiente evidencia, a partir de la experiencia de la Formación Profesional y el BUP, de las dificultades que este tipo de diferencias plantea tanto al nivel de percepción y representación social de esos estudios como al papel discriminador sobre los sujetos en función de grado de fracaso escolar, clase social, etc. En este punto sería necesaria una reflexión más profunda de la problemática planteada por la Formación Profesional, precisamente en función de las condiciones diferenciadas para su acceso en relación con el BUP.

El análisis del Proyecto para la Reforma permite constatar una serie de principios básicos y de estrategias para la transición del mundo educativo al mundo laboral.

Se reconoce la necesidad de aumentar la conexión del sistema educativo con el mundo laboral (13.4). Una de las funciones básicas de ese sistema educativo ha de ser la de proporcionar a los estudiantes las capacidades profesionales que necesitan para afrontar con éxito su transición al mundo laboral (13.5).

Además, el Proyecto asume una serie de principios acerca de la forma más adecuada de lograr los objetivos mencionados:

Primero. Se supone que la formación general de base garantiza la especialización posterior y la inserción social y laboral (28). La preparación para la vida profesional ha de ir ligada a una cultura común (9.3). Por esta razón se aconseja prolongar la educación básica hasta la entrada en el mundo del trabajo (9.3).

Segundo. Se parte del reconocimiento de la importancia de la socialización laboral básica previa a una socialización ocupacional específica. Así, se establece como un objetivo de la Educación Secundaria Obligatoria la valoración positiva del trabajo bien hecho, tanto en el ámbito intelectual como manual, deportivo y artístico.

Tercero. Se reconoce la necesidad de evitar decisiones de especialización prematuras que limiten las posibilidades posteriores de los estudiantes (2.8). Por ello se persigue una formación polivalente en Educación Secundaria Obligatoria (9.3) y se insiste en retrasar en todo lo posible las opciones irreversibles (9.12.4).

Cuarto. Se reconoce que el sistema educativo presenta importantes limitaciones para proporcionar por sí solo la formación especializada requerida en el mundo laboral y que presenta un alto nivel de cambio (13.5).

Partiendo de todos estos supuestos, el Proyecto sugiere una serie de estrategias de acción que faciliten y hagan más eficaz la transición del mundo escolar al mundo laboral. Aquí resaltaremos las siguientes:

En resumen, el propio Proyecto sugiere una serie de estrategias que posibiliten una transición más adecuada del mundo educativo al mundo laboral y reconoce las inadecuaciones existentes en el actual sistema educativo.

El Proyecto reconoce, pues, la necesidad de vincular el mundo educativo al laboral, teniendo en cuenta la realidad de este último en el diseño del primero. Además determina una serie de puntos de transición en ese diseño y sugiere unos principios y estrategias que faciliten esa transición, haciéndola más eficaz.

Consecuentemente determina, en alguna medida, los roles profesionales y las estructuras responsables de la realización de dichas funciones. Los agentes que han de realizar dichas funciones, con el concurso de los profesores, según el proyecto, son los siguientes:

En nuestra opinión no se definen claramente las características profesionales de los componentes de este equipo (18.5) ni se establecen claramente los requisitos de titulación que habiliten para el ejercicio y desempeño profesional en este campo. Si además tenemos en cuenta los decretos delos proyectos-piloto, es de temer que la ambigüedad del Proyecto se clarifique posteriormente posibilitando el acceso al ejercicio profesional de estas funciones a personal sin título de psicología o pedagogía. Esto es inadecuado y problemático para la consecución de los objetivos (ver a este respecto la argumentación aportada por el Colegio Oficial de Psicólogos en el Recurso presentado a los reales decretos que convocan las ayudas a los proyectos-piloto de Orientación en los Centros de Enseñanzas Medias).

Tampoco en este caso están claramente definidos los requisitos de titulación. La expresión "formación específica de carácter psicopedagógico" (18.13) no concreta la titulación que garantiza esa formación a un nivel adecuado de cualificación profesional.

El proyecto para la Reforma de la Enseñanza contempla la clara conexión entre la enseñanza y el mundo laboral, diseña el sistema educativo teniendo en cuenta diversos puntos terminales que conduzcan al mundo laboral y propone estrategias que posibiliten y faciliten esa transición. Con ello trata de corregir una excesiva desconexión del mundo educativo y su entorno social y laboral. De todos modos, es necesario profundizar en el análisis de lo que todo esto significa y en las implicaciones que tiene para la orientación escolar y vocacional.

Tal como se contempla en el Proyecto, se trata de un referente muy genérico, aunque al nivel abordado quizá no pueda ser de otro modo. Ahora bien, hay que ser consciente de que quedan por concretar un buen número de aspectos de ese mundo laboral que necesariamente han de ser tenidos en cuenta en la implantación del sistema educativo que ahora se pretende diseñar.

En primer lugar, es necesario clarificar los valores y el significado del trabajo para las personas y ser consciente del papel que en los procesos de socialización laboral desempeñan agentes como la familia, los compañeros y la propia institución escolar. Es necesario, además, tener en cuenta las nuevas formas de trabajo que están surgiendo y las constantes transformaciones de las ya existentes. Junto con la incidencia de las nuevas tecnologías hay que contemplar aspectos como el cooperativismo, la democracia industrial, el trabajo autónomo, el prosumo, etc.

En segundo lugar, el mundo laboral no es uniforme, existen múltiples segmentos en el mercado de trabajo, múltiples sectores, industrias, etc., y una gran diversificación de ocupaciones y de familias ocupacionales. La preparación desde el sistema educativo para incorporarse a ese mundo tan diversificado requiere un adecuado nivel de conocimiento de esa realidad, al menos en aquellas áreas o aspectos con los que una determinada parte del sistema educativo ha de estar en contacto. Esta diversidad de ocupaciones y profesiones requiere un adecuado conocimiento de las estrategias de análisis y estructuración ocupacional y de los perfiles profesionales.

En tercer lugar, una adecuada referencia al mundo laboral requiere el conocimiento de las representaciones sociales específicas de los diversos segmentos y sectores del ámbito laboral y disponer de información relevante acerca de las distintas ocupaciones y profesiones que permita una adecuada orientación vocacional.

Finalmente, es necesario un conocimiento de las vías de oferta y búsqueda de empleo en el mercado laboral, así como las características principales de las estrategias y procedimientos que las organizaciones utilizan para incorporar y socializar los nuevos miembros.

En resumen, el mundo laboral y ocupacional es un mundo diversificado, complejo, amplio y cambiante y es necesario disponer de un conocimiento adecuado del mismo si se pretende que la adecuación entre el sistema educativo y el mundo laboral sea una realidad.

El Proyecto de Reforma presenta dicho énfasis y pensamos que ello es correcto. Ahora bien, también aquí los aspectos planteados abren un amplio panorama de cuestiones y problemas que hay que contemplar.

En primer lugar, hay que ser consciente de que en la actualidad, y probablemente en el futuro, la transición no se produce automática e inmediatamente al finalizar la carrera en el sistema educativo. El acceso al mundo del trabajo viene con frecuencia precedido de períodos de desempleo o de tanteos por parte del individuo y de la empresa. Se constata que el período de transición se prolonga considerablemente.

En segundo lugar, las vías de transición se han diversificado, apareciendo diversos patrones de transición (a título de ejemplo podemos mencionar el patrón de transición inestable, el retardado, el de desempleo prolongado, el estable, etc.).

En tercer lugar, se constatan diferencias y cambios en el reparto de oportunidades de incorporación al mundo laboral. Estas diferencias se dan en función de una gran diversidad de aspectos: geográficos, sectoriales, de cualificación, sexo, cuyo impacto hay que reconocer.

En cuanto y último lugar, el desarrollo de la investigación ha contribuido a la clarificación de los procesos y aspectos psicosociales que inciden y pueden potenciar los aspectos positivos y los procesos de transición. Las aportaciones de la investigación en socialización laboral, madurez vocacional, orientación y asesoramiento vocacional, desarrollo de carrera, análisis ocupacional, significado del trabajo, etc., son aspectos relevantes.

En el Proyecto de Reforma no queda clara la asignación profesional de las competencias de la orientación profesional, y esto nos parece extremadamente grave a partir de lo que acabamos de considerar en los puntos anteriores.

La complejidad, diversificación, amplitud y ritmo de cambio de la realidad laboral hace que la orientación requiera un profundo conocimiento profesional de ese mundo laboral y un juicio prudente del profesional especializado en el ejercicio de esas funciones. Además, requiere la posesión de conocimientos y técnicas de intervención adecuadas sobre la realidad personal de los jóvenes a los que se ha de orientar en vistas a que éstos potencien y faciliten su desarrollo personal mediante el análisis de la situación, el adecuado autoconocimiento y autovaloración y los procesos decisionales que les permitan una progresiva clarificación vocacional.

No hay que olvidar que la propia transición de la escuela al trabajo es un proceso complejo que requiere un profundo conocimiento de los procesos de socialización para el trabajo, de la psicología evolutiva, de las técnicas de análisis y evaluación de habilidades, conocimientos, características de personalidad, etc. Requiere también un conocimiento importante de la psicología educativa y de los procesos de aprendizaje, del propio mundo laboral, del análisis ocupacional y de las estrategias de incorporación existentes para acceder a ese mundo laboral.

Estos y otros elementos (la relación no pretende ser exhaustiva) ponen claramente de relieve que la orientación vocacional, en un contexto educativo y laboral tan complejo como el de nuestra sociedad contemporánea, requiere en el orientador vocacional una cualificación profesional que corresponde a psicólogos y pedagogos en nuestro ordenamiento profesional. Evidentemente, la acción de estos profesionales ha de realizarse en estrecha colaboración con la familia, los profesores, los profesionales de la educación, las empresas, los sindicatos y otros agentes sociales implicados, pero su papel en el diseño e intervención profesional en este ámbito educativo es absolutamente necesario.

Una última reflexión, dirigida, en este caso, a los profesionales. Son muchos y muy importantes los cambios introducidos tanto en el campo de intervención de la orientación vocacional como en el de las disciplinas que aportan los modelos teóricos, los instrumentos de evaluación y las estrategias de intervención al mismo. Ya hemos hecho referencia a los cambios en el mundo laboral y ocupacional, en el mercado laboral y en el propio significado del trabajo. Mencionemos aquí los desarrollos recientes en modelos, procedimientos de evaluación y estrategias de intervención de campos disciplinares, como la madurez vocacional, el desarrollo de la carrera, la socialización laboral, la psicología evolutiva, el análisis ocupacional y profesional, el análisis ocupacional y profesional, el análisis de puestos de trabajo, el estudio del mercado laboral y otros muchos.

Todos estos cambios inciden claramente en el propio rol del psicólogo orientador y en lo que la sociedad espera de él. Sólo en la medida en que los profesionales seamos capaces de responder a ese reto aportando estrategias de intervención profesional innovadoras que vayan más allá de la mera aplicación de unas pruebas psicotécnicas para orientar una decisión puntual en la elección de una carrera o profesión, se pondrá de manifiesto claramente la contundente necesidad de la incorporación de la intervención profesionalizada en la orientación vocacional dentro del sistema educativo que se pretende implantar y cuyo proyecto de reforma hemos analizado y comentado.