Papeles del Psicólogo, 1989. Vol. (38).

Adolfo Hernández Gordillo

Decano. Junta de Gobierno

En breve plazo la Ponencia del Consejo de Universidades, aprobará las directivas del título homologado a nivel nacional de licenciado en Psicología. A partir de dicha aprobación, las diferentes Universidades elaborarán, en el marco de su autonomía, los planes de estudio específicos.

¿Cuál sería, en resumen, la posición del COP?

- Título único. Defendemos que tras cursar con éxito la carrera, el estudiante reciba su título de licenciado en Psicología, sin más objetivos. Hay que pensar que hasta los primeros ochenta los títulos eran Filosofía y Letras o Filosofía y Ciencias de la Educación -Sección Psicología-, y aún hoy sólo los que salen de las Facultades de Psicología (5 sobre 18) tienen el título de Licenciado en Psicología a secas.

La principal amenaza a este objetivo es la propuesta del Grupo XV de crear el título de licenciado en Psicopedagogía como título de segundo ciclo. Si se creara dicho título implicaría que los psicólogos sólo podrían ejercer en el resto de las áreas, pero no en el sector educativo, reservado a los psicopedagogos. Además, posteriormente aparecerían los títulos de psicólogos clínicos., del trabajo, etc., con lo que desaparecería la carrera de Psicología, disgregada en diversas especialidades.

Sobre este punto, la postura del COP es rotunda: oposición total y frontal.

Otra amenaza, latente, es la tendencia de diversas Universidades a expedir títulos de Licenciado en Psicología, Especialidad Psicología Clínica, por ejemplo. A nuestro juicio, la especialidad no es un asunto de currículum básico. No todos los psicólogos tendrán que tener una especialidad reconocida académicamente, de manera que el título básico debe permitir el ejercicio profesional en las diversas áreas de intervención.

- Carácter polivalente. Además de por las razones ya expuestas, por otras dos: razones de mercado de trabajo y carrera profesional y razones de tipo teórico. En relación a esto último, en este número se publica un excelente artículo de Matarazzo en el que se reflexiona sobre el concepto de «especialidad» y se llama la atención sobre los peligros de confundir disciplinas académicas, campos de aplicación de los saberes psicológicos básicos y especialidades en sentido estricto. Desde la perspectiva del mercado del trabajo, este se muestra muy cambiante, y es relativamente frecuente que en un período, pongamos, de diez años un psicólogo comience trabajando en el ámbito educativo, pase luego a la clínica, para desembocar en los servicios sociales. O comience en seguridad vial, pase a la clínica, para terminar como psicólogo en una empresa. O trabaje en los servicios sociales públicos por las mañanas y tenga una consulta como psicólogo clínico por las tardes. En estas circunstancias, la adjetivación del título (clínico, educativo, del trabajo, etc.) sólo encorsetaría y daría rigidez ante la movilidad laboral, sin ventajas apreciables.

- Sin diplomas o títulos intermedios. Esto está muy claro: no tiene sentido, ni el mercado de trabajo reclama, un diplomado en Psicología.

- Con una duración de cinco años. Consideramos este punto por razones tanto de tipo intrínseco, necesidad de una sólida preparación tanto científica como aplicada, como extrínseco, es decir, una formación que permita competir a nivel español (con otras profesiones, concurrentes) y europeo (mercado único, libertad para ejercer en el país que se desee). Por todo lo anterior defendemos claramente los cinco años, y no admitiremos la reducción a cuatro, como se rumorea.

- Capaz de preparar eficazmente para el ejercicio profesional. Todos los puntos anteriores no tendrían sentido si la Universidad olvida que debe preparar a psicólogos competentes, es decir, debidamente entrenados y con una sólida preparación científica y metodológica. Este es un punto nuclear en el que consideramos que la realidad actual está muy lejos de ser idónea, por lo que habría que aprovechar esta etapa de renovación de los currículos para que los alumnos no aprendan sólo Psicología, sino, además, a ser psicólogos.