Papeles del Psicólogo, 1989. Vol. (39-40).

ADOLFO FERNÁNDEZ BARROSO

Psicólogo. Equipo Multiprofesional. Fuenlabrada. MEC

A lo largo de los últimos meses el MEC ha dado a conocer el Libro Blanco para la Reforma del Sistema Educativo, que ha sido presentado como las conclusiones del debate que se efectuó el curso pasado (ver a fondo «Psicología y reforma de la enseñanza no universitarias, en «Papeles del Colegio» núm. 35, págs, 7-32). En el presente artículo nos centraremos en el capítulo XV, «Orientación educativas, de dicho Libro Blanco, por ser en el que se desarrolla, o debería desarrollar la intervención del psicólogo en la educación pública. Se trata, pues, de un análisis inicial desde una visión profesional; sería interesante que, al igual que en el dossier antes citado, se efectuara un análisis desde la Psicología del conjunto de alternativas y modificaciones que para el sistema educativo el proyecto propone, en especial sobre la nueva configuración (Educación Infantil, Primaria, Secundaria, Obligatoria, Bachillerato, Formación Profesional ...), el modelo de atención a las necesidades educativas especiales, la formación del profesorado, la evaluación del sistema y de sus procesos educativos, etc.

El hecho de centrarnos en dicho apartado viene dado tanto por la pertinencia del tema para el conjunto de los psicólogos educativos, como por el número de psicólogos que desempeñan su labor profesional en servicios dependientes de las administraciones educativas (38% del ejercicio profesional e¡ el sector. Ver «Papeles del Psicólogo» núm. 38 pág. 83).

Trataremos de ofrecer un resumen del proyecto algunas líneas generales de posible valoración.

El proyecto reflejado en el Libro Blanco considera a nivel general, que «la orientación escolar, desde e punto de vista del alumno, es un derecho que ha de concretarse y garantizarse en un conjunto de servicios y actividades que el sistema educativo debe ofrecer. Su principal desarrollo tiene lugar en el ejercicio de la función tutorial, y en el nivel de secundaria si contenido ha de verse complementado con el de orientación profesional.

La orientación educativa apunta al objeto de optimizar el rendimiento de la enseñanza mediante c adecuado asesoramiento al alumno a lo largo de si avance en el sistema o respecto de si tránsito a 1 vista activa. Por ello, la orientación educativa es par el sistema escolar un elemento esencial que constituye la calidad y eficacia de la enseñanzas (MEC 1989, Libro Blanco para la Reforma del Sistema Educativo).

A partir de esta introducción general se plantea la orientación en tres niveles: 1) como actividad «vinculada e indisociable» a la función tutorial; 2) como apoyo técnico al nivel anterior que se concreta en departamentos de orientación internos al centro es solar, y 3) como apoyo técnico externo a los dos ni veles anteriores que se configura en una red sectorizada de equipos interdisciplinares.

En el primer nivel se integra la orientación escolar en «el cumplimiento de la función tutorial, considerando que esta última entraña una relación individualizada con el educando desde una concepción integral y personalizada, superando la mera instrucción o impartición de conocimientos».

A continuación se desarrolla «la necesidad y funcionalidad de la figura del profesor tutor; su formación inicial y perfeccionamiento; su inclusión en el trabajo docente; su entronque, por un lado, con la individualización de la enseñanza, o en su caso con las adaptaciones curriculares y los programas de desarrollo individual, y por otro lado, con el trabajo en el grupo en el aula; igualmente se plantea que los profesores tutores se esforzarán por conocer las aptitudes e intereses de los alumnos con el objeto de orientarles en su proceso de aprendizaje, contribuirán a la relación fluida escuela-familiar y alumno-institución de las dificultades que encuentran los alumnos, ayudándoles a superarlos y recabando los oportunos asesoramientos técnicos del Departamento de Orientación del Centro y del Equipo Interdisciplinar del sector. Asimismo coordinarán la atención educativa de todos los profesores que trabajan con un determinado grupo de docencia».

Tras esta descripción de la acción tutorial se liga dicha actividad al proceso orientador en educación, considerando que ambos deben reunir las características de: a) ser un proceso continuo y ofertarse al alumno a lo largo de los distintos niveles y modalidades de su escolarización; b) implicar de manera coordinada a las distintas personas e instituciones, que intervienen en la educación: profesores, escuela, familia, medio social; c) atender a las peculiaridades de da alumno, y d) capacitar a los individuos para su propia autoorientación y crear en ellos de manera progresiva una capacidad y una actitud activa hacia la toma de decisiones fundamentadas y responsables sobre su propio futuro, primero en la escuela, ante las distintas opciones educativas, y luego ante las distintas alternativas de vida social y profesional.

A continuación se caracterizan los procesos de Orientación continua y la promoción de alumnos». Asimismo se matiza la orientación a lo largo de las distintas etapas educativas; «en la educación infantil y primaria considera que las funciones más importantes se refieren a la inserción del niño en el grupo de compañeros, la adaptación escolar inicial, la prevención de dificultades de aprendizaje y la vinculación de la escuela con la familia.

En el nivel de secundaria pasan a prevalecer los aspectos de orientación relativos a la elección entre distintas vías y opciones educativas, así como el afianzamiento de técnicas eficaces de estudio.

Al término de la Enseñanza Secundaria Obligatoria, y a lo largo de la postobligatoria, cobra especial importancia la orientación hacia estudios posteriores Orientación para la transición a la vida activa.

La orientación profesional presupone información profesional, pero no sólo consiste en ella. Además, ha de tomar en cuenta las aptitudes, inclinaciones e intereses personales de cada individuo. En este mismo sentido se plantea que la nueva configuración del sistema educativo con una ordenación altamente diferenciada y amplios márgenes de optatividad hace más importante la función orientadora.

La orientación profesional ha de contribuir a reorientar la demanda de educación profesional por parte de los alumnos, que han de ser convenientemente informados y orientados acerca de la situación y las perspectivas previsibles en las distintas profesiones».

La justificación de la existencia de los Departamentos de Orientación parte del supuesto de «que el desempeño de las funciones tutoriales y orientadores que debe realizar todo profesor, especialmente el profesor-tutor, requiere el apoyo técnico de servicios, departamentos o equipos especialmente cualificados para ello dado que no es posible exigir de todo profesor el conjunto de competencias técnicas para la tutoría, orientación y, eventualmente, apoyo o refuerzo educativo. Por ello se considera aconsejable que en todo centro escolar se establezca, a partir de cierto número de unidades, un Departamento de Orientación integrado por profesores y coordinado por un director o responsable del mismo, integrado en la plantilla del profesorado del centro y, de ser posible, con titulación universitaria superior en Psicología y pedagogía. También parece aconsejable que los profesores responsables de estos departamentos sean relevados de un amplio número y aun de la totalidad de las horas lectivas, sin que, por otro lado, pierdan contacto con la actividad docente.

Así instituido, el Departamento de Orientación constituye dentro de cada centro la plasmación organizativa y la garantía práctica del principio según el cual la orientación escolar forma parte esencial de la actividad educativa; en él se coordina, asesora y apoya la labor tutorial de los profesores.

En toda clase de centros son funciones del Departamento de Orientación: a) favorecer el adecuado desarrollo de la función tutorial, proporciona¡ asesoramiento, material y, en general, apoyo a los profesores tutores; b) contribuir al proyecto de centro en sus diferentes aspectos: proyecto curricular, programa de integración de reforma, de formación del profesorado, innovaciones educativas, etc.; c) promover la cooperación entre familia y escuela en la educación de los alumnos; d) contribuir al desarrollo de los elementos personalizadores de la educación, adaptaciones curriculares, programas de desarrollo individual, etc.; e) ayudar a los alumnos a conseguir una buena integración en el centro educativo y en el grupo de compañeros, sobre todo en los momentos de transición a la llegada al centro, en el paso de un ciclo a otro, de un grupo a otro, en el tránsito a otro centro educativo ... ; f) informar, asesorar y orientar de modo personalizado a los alumnos ante cualquier opción que deban tomar frente a diversas posibilidades educativas o profesionales; g) intervenir en toda clase de decisiones relativas a los alumnos, principalmente en lo relativo a promoción de un ciclo a otro y a los refuerzos educativos, y h) detectar a tiempo los posibles problemas de aprendizaje de los alumnos, ayudándoles a superarlos mediante los oportunos modos d¿ intervención de capacidades básicas, hasta procedimientos de enseñar a pensar o de iniciación y afianzamiento de las técnicas de estudio.

Todas las funciones antes citadas han de ser realizadas en estrecha conexión tanto con el profesorado, cuanto con otros servicios del sistema educativo, principalmente con los equipos interdisciplinares, y también algunos de ellos con otros centros educativos y otras instituciones del entorno».

A continuación se resalta «la importancia de la orientación en sentido estricto en el período de transición del primer al segundo ciclo de la enseñanza secundaria obligatoria, debiendo los estudiantes, al concluir el primer ciclo, recibir de modo individual una orientación razonada sobre las opciones educativas más recomendables para ellos, las que mejor se adaptan a sus intereses y posibilidades».

Al término de la enseñanza secundaria obligatoria la orientación educativa ha de promulgarse y complementarse con la orientación sobre salidas profesionales y la potenciación de la elección no sesgada por razón de sexo.

En estrecha coordinación con la tutoría y con el departamento de orientación de los centros para impulsar, coordinar y dotar a la orientación escolar de un alto grado de competencia técnica, hay que contar con una red sectorizada de equipos o servicios interdisciplinares de orientación y apoyo, con profesionales expertos en diversos campos, entre los que necesariamente deberá haber docentes de los distintos niveles educativos.

Estos equipos, además de la dimensión psicológica y pedagógica, atenderán los aspectos sociales y familiares que tienen incidencia en el ámbito escolar.

Los equipos se estructuran en sectores escolares que abarcarán centros escolares de todo tipo y nivel, desde escuelas infantiles hasta centros de secundaria.

Cualesquiera que sean el nivel escolar y la demarcación geográfica de su actuación, son funciones generales de los equipos: a) prestar apoyo y asesoramiento técnico al profesorado en relación con la tutoría, la orientación educativa, las adaptaciones curriculares, los programas de desarrollo individual y, en general, la intervención educativa sobre los alumnos con necesidades 0 situaciones educativas especiales; b) asesorar y asistir a profesores en su función orientadora y tutorial, proporcionándoles información, documentación, material y consejos técnicos; c) asumir las competencias que las disposiciones oportunas les asignen respecto a evaluación interdisciplinar, identificación de necesidades educativas, escolarización, seguimiento del proceso educativo y promoción de alumnos con necesidades o situaciones educativas especiales y programas de orientación educativa y profesional, así como aquellas que se encaminan a mejorar la metodología educativa, la calidad de los procesos de enseñanza/aprendizaje y las técnicas de estudio y de trabajo; e) prestar su colaboración y apoyo, junto a los centros de profesores (CEP), en la elaboración del proyecto educativo del centro, cuanto de posibles proyectos curriculares de innovación (integración, talleres, etc.); también colaborar y apoyar a los departamentos de orientación de los centros; f) participar con la Administración Educativa en el análisis y estudio del sistema escolar para la toma de decisiones y propuestas de desarrollo de los servicios de apoyo a los centros; g) impulsar la cooperación de centros educativos familiares, instituciones y organizaciones sociales; h) contribuir al desarrollo curricular, a la investigación educativa, al intercambio de experiencia dentro de su sector; i) colaborar con los CEP con la formación permanente y apoyo didáctico al profesorado del sector, así como en la elaboración y discusión conjunta de proyectos pedagógicos, innovaciones didácticas, etc., y j) colaborar en la organización de actividades de orientación de los escolares y de información acerca de opciones educativas y/o profesionales».

Las anteriores funciones han de cumplirse en diferentes modalidades de actuación: anticipadora de preventiva; compensadora de las desigualdades sociales, y favorecedora de la diversidad.

Se plantea la necesidad de que los equipos interdisciplinares posean un conocimiento profundo de la demarcación escolar a su cargo, y que sus actuaciones se modulen de acuerdo con la etapa educativa sobre la que se proyecte su intervención.

El MEC «tenderá a configurar una red con los distintos servicios y equipos que en la actualidad dependen de él: Servicios de Orientación Escolar y Vocacional, Equipos Multiprofesionales, Equipos de Atención Temprana, Educación Compensatoria, etc.

Sin perjuicio de la diferente situación laboral de sus actuales integrantes, y con pleno respeto de sus derechos adquiridos, se racionalizará el funcionamiento de estos servicios, evitando la duplicidad de funciones, que se produce en la actualidad.

Además se establecerán convenios con Comunidades autónomas y ayuntamientos que permitan optimizar el aprovechamiento de los diversos servicios de orientación actualmente existentes».

En este último punto se plantea que el «desempeño de las funciones de los departamentos o de los equipos requieren de profesionales especializados, altamente cualificados, con sólida formación de base y la debida titulación universitaria superior. Por esta razón el MEC impulsará la creación de un servicio técnico de profesionales de cualificación psicopedagógica; en él se integrarán los actuales profesores de los SOEV, así como los equipos multiprofesionales, tendiéndose a que las condiciones económicas y laborales sean equiparables para todos los miembros de dicho servicio.

Los profesores que coordinen los departamentos de los centros habrán de ser licenciados en' psicología o pedagogía. No obstante, en centros de secundaria podrán otros profesores asumir la coordinación de. tutorías y de orientación profesional.

Los profesores-coordinadores de orientación en los centros formarán parte del claustro de profesores; su función, aún siendo especializada, permanece muy cercana a la docencia. Es la razón por la que para acceder a esta responsabilidad conviene que posean previa experiencia docente.

En los centros públicos dicha función quedará encomendada a funcionarios docentes con las titulaciones antes Mencionadas y podrá ser compatibilizada con docencia directa o con apoyo a la docencia del profesorado ordinario. Los centros concertados, con el oportuno número de unidades, recibirán el correspondiente módulo económico para contratar a un profesional debidamente titulado».

A partir del proyecto del MEC trataremos de esbozar algunos apuntes de valoración.

En conjunto se observan aspectos negativos y positivos según el nivel de análisis en que nos situemos.

Se mantienen los aspectos habitualmente criticados desde un punto de vista de defensa profesional, se trata de los problemas ligados, por un lado, al reconocimiento profesional, y por otro, a las formas de acceso a los departamentos y equipos.

Con respecto a ambos aspectos han sido frecuentes los posicionamientos recogidos en «Papeles del Colegio», por lo que solamente señalaremos que en última instancia sigue sin resolverse el reconocimiento profesional para los diversos niveles de la orientación en los cuales los psicólogos y otros profesionales intervienen como tales. Su intervención parte de su capacidad de actuar ante unas necesidades socioeducativas con un conjunto de actividades ligadas a la utilización de procesos, técnicas, métodos e instrumentos específicos y propios de determinados profesionales de las áreas social, pedagógica y psicológica en el caso de los equipos y Psicología y pedagogía en el de los departamentos.

El reconocimiento de esa cualificación profesional, de su especialidad y de la situación administrativa y laboral correspondiente resulta un constante y necesario objetivo en el área educativa para nuestra profesión, aunque también sea preciso valorar que el lento proceso de reconocimiento profesional encuentra dificultades que no vienen necesaria, ni exclusivamente, de la Administración educativa, sino también de planteamientos económicos generales, presiones corporativas de grupos mayoritarios en educación, priorización de necesidades, etc.

En resumen, permanecen vigentes buena parte de las conclusiones de las Jornadas de Psicología y Reforma de la Enseñanza recogidas en el dossier citado inicialmente, así como el contenido de los recursos presentados en el área educativa por el COP («Papeles del Colegio» núm. 35, págs. 14 y 31).

Los intentos de reducir funciones a la información profesional (departamentos en enseñanza secundaria) o de combinar orientación con docencia (departamentos de centro), no solucionan la necesidad de una intervención profesional específica.

Igualmente se mantiene la problemática de los sistemas de acceso. Resulta una exigencia profesional el mantenimiento de la reivindicación del acceso a los distintos niveles de intervención psicopedagógica, sin condicionantes o exclusividades, es decir, que existan formas de acceso libre para cualquier profesional debidamente titulado y capaz de superar un proceso selectivo en igualdad de condiciones. Pero también es preciso reconocer la utilidad de la presencia de profesionales con previa experiencia docente y capacitación técnica; para ellos podría habilitarse un sistema de acceso que tuviera en cuenta esta circunstancia, junto al necesario proceso de selección mediante la valoración de las «cualidades» tecnicoprofesionales (turno de acceso, porcentaje restringido de vacantes, etc.). La combinación de ambas formas de acceso, que desembocarían en una única situación profesional debidamente reconocida, unificaría un principio elemental de igualdad de oportunidades con la incorporación de profesionales procedentes de la docencia.

Estas consideraciones no se refieren al modelo de equipos que se esboza en el proyecto, pues el doble acceso, y cierta tendencia a ir planteando líneas de solución a su problemática administrativolaboral, podrían desprenderse de una lectura de la última parte del capítulo antes presentado. Pero sí se refieren a los departamentos de los centros y a los equipos psicopedagógicos de la mayoría de las Comunidades Autónomas, en las que el acceso queda restringido a funcionarios de los cuerpos docentes (ver Gilolmo C. (1989)' Psicología escolar: La evolución profesional en los últimos años. «Papeles del Psicólogo» núm. 38) por evidentes motivos económicos y de interés y presiones corporativas.

Desde un nivel de análisis exclusivamente técnico pueden valorarse positivamente aspectos como la reaparición del concepto de interdisciplinaridad (que curiosamente se muestra pujante en las áreas de salud, servicios sociales, mientras se ralentizaba en el área educativa, en la que se había iniciado tempranamente); el hecho de recoger aportaciones de los profesionales en algunos aspectos, especialmente en el «lenguaje técnico», o en algunas matizaciones más o menos formales, y fundamentalmente es destacable la formulación de un conjunto de funciones ligadas a los distintos niveles de orientación que pueden ser más o menos discutibles, más o menos indiferenciadas (de hecho van a producirse inicialmente superposiciones y confusiones al no diferenciarse suficientemente algunas funciones de los departamentos de los equipos), pero que muestran un conjunto traducible en actividades y programas posibles, y que si se implantan en las debidas condiciones pueden dar resultados positivos para toda la comunidad educativa y suponer un importante avance cualitativo y cuantitativo para los psicólogos de la educación en servicios públicos, aún más destacable que el que con todas sus limitaciones se ha producido en esta década (Gilolmo C (1989), antes citado)