Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.
Papeles del Psicólogo, 1990. Vol. (43).
TIBURCIO ANGOSTO SAURA
Vicepresidente Primero de la AEN. Miembro de la Comisión Nacional de la Especialidad de Psiquiatría
La actual Junta Directiva de la AEN ha manifestado su interés y apoyo en diferentes ocasiones para la creación de un sistema que acogiera la formación en Psicología Clínica y que al igual que el Sistema MIR se hiciera efectivo para aquellos licenciados en Psicología que quisieran elegir la clínica como especialidad para ejercer en el futuro su profesión.
Así lo manifestaron en las entrevistas mantenidas en junio de 1987 con el ministro de Sanidad y al mes siguiente con el jefe de su Gabinete de Asesores de este Ministerio.
El apoyo de la AEN se ha manifestado también a través de la revista de la AEN en los últimos años con la publicación de diferentes artículos sobre este tema.
Hemos participado en la elaboración de un documento por una Comisión Conjunta COP-AEN, que recoge los puntos básicos que se consideran imprescindibles para establecer un sistema PIR.
Dicho documento pone el énfasis en que «la formación debe estar vinculada al ejercicio profesional y a los servicios de la red sanitaria, así como a los equipos terapéuticos.
Debe tener una duración de tres años, y dicho tiempo de formación deberá ser mediante sistema de rotación parecido al sistema MIR, que debe hacerse por las distintas unidades de atención en salud mental: centros de salud, unidades de corta estancia en hospitales generales, unidades de rehabilitación, de salud mental infantil, de hospital de día, etc., etc.
En el documento se incide también en la existencia de un programa de formación teórica y un vínculo contractual entre el PIR y la Administración, de la cual va a depender su formación.
Se habla también de la necesidad de tutoría y de que la convocatoria de plazas sea en el ámbito nacional incluida dentro de la convocatoria MIR.
Para el MIR existe una organización relacionada con la formación que consiste en un Consejo General de Especialidades Médicas formado por los presidentes de todas las Comisiones Nacionales de las distintas especialidades, así como dos vocales del Ministerio de Sanidad y otros dos del Ministerio de Educación y Ciencia. Estos, a su vez, están formados por:
- Tres miembros designados por el Ministerio de Educación y Ciencia.
- Tres miembros designados por el Ministerio de Sanidad y Consumo.
- Dos miembros designados por las sociedades científicas de la especialidad.
- Un miembro designado por el Consejo General de Colegios Médicos.
- Dos representantes de los MIR.
Corresponde a esta Comisión Nacional aspectos tan importantes como la elaboración de las normas de acreditación de los servicios que vayan a participar en la formación de MIR, así como elaborar el programa de formación o informes sobre la convocatoria anual de plazas de MIR por parte del Ministerio de Sanidad.
En relación a la representación de la AEN en la Comisión Nacional de Psiquiatría hemos defendido, cuantas veces ha surgido, la necesidad del PIR en diciembre de 1988; consta en acta que dicha Comisión:
a) Considera oportuno y necesario la puesta en marcha de un programa de posgrado para los licenciados en Psicología.
b) Manifiesta su interés en participar y prestar su colaboración ha dicho proceso.
c) Solicitar la documentación actualmente existente sobre este asunto para su estudio, entendiendo que en cualquier caso la existencia de una formación de posgrado habrá de llevarse a cabo en servicios de unidades acreditadas.
También en las alegaciones al borrador del nuevo Decreto de Especialidades que nos fue entregado en abril de este año, entre otras indicábamos la necesidad de que se incluyera la especialidad en Psicología Clínica dentro de las especialidades no troncales y dentro de las especialidades sanitarias no médicas, tal y como se había hecho con otros licenciados: farmacéuticos, biólogos, químicos, etc., que tienen acceso a plazas convocadas dentro de la convocatoria MIR.
Nuestra propuesta se justificaba, aparte de por la necesidad de oficializar y unificar las experiencias que se vienen llevando a cabo en las distintas Comunidades Autónomas desde hace más de diez años, como por la necesidad de homologación con otros países europeos y, sobre todo, desde la incorporación de España a la CEE.
En septiembre de este año se nos entrega a la Comisión Nacional un nuevo borrador (el cuarto en dos años) que ya se llama «Borrador del Real Decreto de Especialidades Médico-Sanitarias de Licenciados Superiores». En este ya se han tenido en cuenta la mayoría de las alegaciones que la AEN proponía pero no en cuanto a la inclusión de los psicólogos como nuevos licenciados. No obstante, en el artículo 2º se abre una puerta, concediendo que podrían tener acceso al título de especialistas «todos aquellos que estén licenciados en Medicina, Farmacia, Química o Biología y otras licenciaturas que en el futuro pudieran ser consideradas».
También dice en el artículo 20 que la creación de nuevas especialidades será competencia conjunta del Ministerio de Sanidad y del de Educación y Ciencia, a través de la Comisión Internacional, que estará formada por:
- Dos representantes del Ministerio de Educación y Ciencia.
- Dos representantes del Ministerio de Sanidad y Consumo..
- Un representante del Consejo Internacional.
El presidente del Consejo Nacional de Especialidades Médico-Sanitarias de Licenciados Superiores.
Para la titulación de las nuevas especialidades sigue diciendo en otro artículo (art. 21): «Será reconocida por el Ministerio de Educación y Ciencia a aquellos profesionales que vengan desarrollando el ejercicio de la misma durante un tiempo suficiente y en un medio adecuado, de acuerdo con la normativa que por Orden ministerial se establezca».
En resumen, parece como si todo estuviese preparado para oficializar nuevas especialidades, pero no parece que el PIR vaya a estar incluido dentro de este Decreto y la «larga marcha» hacia la titulación que, hablábamos en otro momento, va a seguir siendo larga y esperemos que no deje de ser marcha.
Entonces, si las asociaciones profesionales la apoyan, si como vimos las Comunidades Autónomas que han desarrollado sus servicios han sentido la necesidad de crear un sistema PIR de formación, los cuales están dando buenos resultados. Si la Comisión Nacional dio el visto bueno para su creación, si ha sido posible oficializar que al fin y al cabo no es más que poner en papel la realidad, en menos de un año la Paidopsiquiatría (que ya aparece en el nuevo borrador), o en los últimos cinco años el proyecto de la aparición de especialidades como Genética o Farmacia Hospitalaria, o a la cual no tienen acceso los médicos o los farmacéuticos, única especialidad del nuevo borrador en que esto sucede.
Así pues, ¿qué ocurre en el PIR?
¿Qué lo imposibilita para formar parte de las especialidades no troncales (se empieza la especialidad de la licenciatura) del nuevo y último borrador?
Podría suceder que este «tocado» por el mismo efecto de marginación que la Psiquiatría y la reforma psiquiátrica. Esta última, para el Ministerio de Sanidad, parece como si únicamente ocupara un lugar en los documentos y algunos de los cuales amarillean sin ponerse en práctica.
¿Qué hubiera ocurrido si el PIR, en vez de estar vinculado a la especialidad de Psiquiatría, lo estuviese a cualquier otra especialidad? ¿Por qué es tan fácil que tengan acceso a algunas especialidades sanitarias los químicos o biólogos, cuya formación puede ser tan diferente a la de los médicos como la de los psicólogos?
Creemos que detrás de todos los interrogantes podría haber una «ideología hospitalaria» a pesar de todo lo que diga y haga el Ministerio de Sanidad.
Esta ideología se podría enunciar así: «Sólo tiene crédito aquello que se hace o se puede hacer en los hospitales». Escasamente sería importante para nuestro Ministerio aquello que no utiliza «máquinas». Lo sabemos bien por las dificultades que hemos tenido para que las normas de acreditación para la formación de psiquiatras no pivotasen solamente sobre los hospitales psiquiátricos, y las dificultades para que las nominaciones de los sistemas docentes para los MIR dejen de hacerse obligatoriamente y por mimetismo, por el nombre de los centros hospitalarios psiquiátricos. En relación a esto último, la AEN llevó a cabo una campaña de recogida de firmas solamente entre psiquiatras, dirigidas al Consejo Nacional de Especialidades Médicas, para que se apoyase la iniciativa de los cambios de nominación o nuevas nominaciones de los sistemas docentes tal y como eran solicitados por los servicios que estaban acreditados. Esta campaña fue apoyada por la Comisión nacional en la reunión del 20 de septiembre, pronunciándose a favor de esta iniciativa.
Para acabar permitirme a mí, que soy el único de los que hoy han hablado y que no ocupa cargo en administración alguna, junto con Begoña Olabarría, y que mantiene una actividad clínica cotidiana, hacer una reflexión que puede no tener fundamento, salvo en la inevitable tendencia a la fantasiofrenia, que me habita y que no cesa, como diría M. Hernández.
Desde hace tiempo venimos observando que en la literatura anglosajona han desaparecido las publicaciones sobre la histeria. A ello ha contribuido el DSM III-R que la ha despedazado en múltiples trastornos. Creo que ha sido el diezmo que los psiquiatras hemos tenido que pagar para entrar en el templo de la cada vez más tecnificada medicina: «La histeria trastorna el confort del saber», dice L. Israel, crea contrariedad y escepticismo y corre los cimientos de los conocimientos y la seguridad que éstos producen. Por ello ha sido retirada de los manuales diagnósticos y estadísticos. En el tributo pagado para ser admitidos en el reino de la tecnificación.
Tal vez alguien esté esperando al diezmo de los psicólogos para dejarlos entrar. Mientras tanto, bienvenido sea el documento de las Comunidades Autónomas y el Colegio Oficial de Psicólogos sobre la formación posgraduada en Psicología Clínica.