Papeles del Psicólogo, 1991. Vol. (51).

Adolfo Hernández Gordillo

Decano, Junta de Gobierno.

Una vez más dedicamos un Editorial de Papeles a la problemática de la Psicología de la Educación (Psicopedagogía).

Hasta el día de la fecha del Editorial (20-1-92), aún no se conoce la decisión final del Consejo de Universidades sobre la creación de una licenciatura de segundo ciclo Psicopedagogía, pero es muy importante señalar que el campo opositor a dicha propuesta de título no ha dejado de crecer, de manera que ya no solamente incluye a la práctica totalidad de la Comunidad psicológica (COP-profesionales, Conferencia de Decanos-Profesores de Universidad, Coordinadora de Estudiantes), sino y por primera vez a los pedagogos (ver documento recogido en este número de la Iniciativa Colegial de Pedagogos).

Por otra parte, el Ministerio de Educación y Ciencia ha creado el cuerpo de Secundaria de Psicología y Pedagogía, al que sólo se podrá acceder desde las titulaciones que han existido o existen en Psicología y Pedagogía.

Con la creación de este Cuerpo, se consiguen algunas de las reivindicaciones más antiguas del Colegio y la profesión, a saber, que la Psicología es una actividad de nivel superior (licenciatura, no diplomatura), con acceso específico (no hay que sacar una plaza de profesor de EGB, agregado de Filosofía o profesor de Humanística en FP.

Obviamente, no se han recogido todas nuestras aspiraciones: aspirábamos a un Cuerpo Técnico, y se ha regulado un Cuerpo Docente; luchábamos por un Cuerpo de Psicólogos, y se ha creado el de psicólogos y pedagogos.

Como ya publicamos en otros números la propuesta inicial del MEC era denominar a este Cuerpo como «Psicopedagogía».

El COP manifestó su rotunda oposición a dicha denominación, y nos congratula enormemente que el MEC lo haya tenido en consideración. Por tanto, nos encontraríamos ante otro indicio del -éxito del frente por Psicología y Pedagogía y antipsicopedagogía.

De todas maneras, conviene ir al fondo lo que supone la propuesta de creación del título de Psicopedagogía. Ese fondo consiste en considerar que hay razones teóricas, epistemológicas y de realidad social para que lo que hasta ahora era un adjetivo (Psicología-educativa-pedagógica-escolar), se convierta en sustantivo (Psicopedagogía), que lo que era una especialización se convierta en Licenciatura, es decir, cuerpo de conocimientos con identidad profesional diferenciada y distinta. En una imagen gráfica sería como el fenómeno de desagregación de las antiguas Facultades de Ciencias y Filosofía y Letras. De Ciencias salieron: Biológicas, Físicas, Químicas, Matemáticas, Geológicas; de Filosofía y Letras: Geografía e Historia, Filologías, Filosofía y Ciencia de la Educación, Psicología.

Pero obviamente no tienen la misma justificación, ni teórica ni de mercado de trabajo, el paso de Filosofía y Letras a Psicología que el de Psicología a Psicopedagogía.

A título meramente de ejemplo, y adelantando, datos de los que será el próximo número de Papeles sobre la identidad profesional del psicólogo, hay que señalar que del 38,5 por 100 de psicólogos colegiados en ejercicio que tienen la Psicología Educativa como actividad principal, un 64 por 100 trabajan paralelamente o han trabajado alguna vez en su experiencia profesional en Psicología Clínica.

Por su parte, del 29,9 por 100 de colegiados en ejercicio que tienen la Psicología Clínica como actividad principal, un 60,3 por 100 trabajan paralelamente, o han trabajado alguna vez en su experiencia profesional en Psicología Educativa.

Como decía el título de un famoso artículo de Matarazzo, publicado en American Psychologist en octubre de 1987, y posteriormente traducido al español y publicado en Papeles número 38, abril 1989, «There is only one Psychology, no specialites, but many applications»: Hay sólo una Psicología, no especialidades, sino muchas aplicaciones.

En fin esperamos que el nuevo año nos traiga la buena nueva del definitivo carpetazo de un mal engendro, que nunca debió de pasar del terreno de la fantasía y la especulación teórica.